La llegada de un nuevo integrante a la familia siempre suele causar ciertos cambios. Desde ya que en una famlia en los que ya hay un hijo, los cambios pueden ser aún mayores, y si éste hijo es aún un niño, mucho más. Lo cierto es que más allá de que cambian las rutinas, cambia la economía del hogar, cambian los horarios y las jornadas laborales, lo que se modificará aún más, es la relación entre todos los integrantes de la familia.
Comenzando por la relación entre los padres, la cual muchas veces se ve afianzada por la llegada de un nuevo hijo, las relaciones familiares no siempre son las mismas. La fortaleza que los padres deben demostrar y la solidez es fundamental, muchas veces y más que nada ante padres primerizos, las relaciones no siempre son buenas. Ante nuevas situaciones que no siempre se sabe cuál es la forma de enfrentarlas, pueden surgir crisis de pareja.
Pero lo cierto es que una rrelación afianzada y estable, con uan pareja sólida, contribuye a que el amor y l acompañía entre ambossea cada vez más importante. Una compañía que debe transmitirse hacia afuera, transmitiéndole seguridad al bebé y transmitiéndole todo el amor de siempre al hijo mayor. Esto es algo importante que debemos tener en cuenta, ya que él también estará atento a los cambios en la familia.
Será quizás, quién más celoso esté por su nuevo hermano, actuando de dos posibles formas. revelándose en todo lo que se plantee, sin respetar órdenes, o estando totalmente atento a lo que con respecto a su hermanito suceda. En cualquiera de ambos casos hay que dejarlo actuar con naturalidad, él no sigue queriendo de igual forma, sólo que un nuevo integrante suele hacerlos pensar, que nuestra realción con ellos cambiará.
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