Un grupo de niños está jugando en un parque.
L. : Oye, Antonio, ¿ por qué no le pides la bicicleta a tu hermano ?
A. : ¿ Y por qué no se la pides tú ?
L. : Porque a mí no me la deja.
Ah, tú sigues teniéndole miedo.
L. : Hombre, claro, es tan bruto... Uno le dice algo de buenas maneras y él es capaz de contestar con una bofetada. (Juan, el hermano de Antonio, se ríe). ¿ De qué te ríes ?
J. : Me río de ti. ¿ Por qué no me dices a mí lo que le estás diciendo a mi hermano ? ¿ Te doy miedo ?
L. : No, no... Bueno, pues, si no te sirve la bicicleta, ¿ por qué no me la prestas ?
J. : Claro que te la presto, si no sales del parque porque si te ve mi padre, seguro que me riñe.
L. : Oye, Antonio, ¿ por qué no le pides la bicicleta a tu hermano ?
A. : ¿ Y por qué no se la pides tú ?
L. : Porque a mí no me la deja.
Ah, tú sigues teniéndole miedo.
L. : Hombre, claro, es tan bruto... Uno le dice algo de buenas maneras y él es capaz de contestar con una bofetada. (Juan, el hermano de Antonio, se ríe). ¿ De qué te ríes ?
J. : Me río de ti. ¿ Por qué no me dices a mí lo que le estás diciendo a mi hermano ? ¿ Te doy miedo ?
L. : No, no... Bueno, pues, si no te sirve la bicicleta, ¿ por qué no me la prestas ?
J. : Claro que te la presto, si no sales del parque porque si te ve mi padre, seguro que me riñe.
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