Sé cocinar para mi mujer. En este caso ‘mi mujer’ es quien comerá la comida y cocino a su gusto, ella es el propósito de la acción. En la oración es importante quien recibe la acción.
Sé cocinar por mi mujer. Sin embargo en este caso, ‘mi mujer’ es quien me ha enseñado a cocinar, y además puede comer la comida o no, pero en este ejemplo es más importante la acción que quien recibe la acción.
Más ejemplos:
He comprado un coche para ti. Aquí ‘tú’ vas a recibir el coche y tú vas a ser el dueño del coche.
He comprado un coche por ti. En esta oración, no sé sabe quien va a ser el dueño del coche, sólo sabemos que ‘tú’ eres la causa, quizás es un niño al que hay que llevar a un colegio que está muy lejos, pero evidentemente no va a conducir el niño.
Pero hay más situaciones en las que usamos estas preposiciones.
Utilizamos ‘para’:
- Como dijimos anteriormente, cuando indicamos el destino. Ejemplo:
Este tren sale para Santiago de Compostela.
Ya compré los cuadernos para clase.
- Para indicar finalidad. Ejemplo:
Vienen para conocer la casa nueva.
- Cuando fijamos el fin de un período de tiempo. Ejemplo:
Voy a comprarlo para mañana.
- Para dar una opinión:
Todos somos tontos para Ángel.
- Cuando hacemos una consideración:
Tu sobrino es muy inteligente para ser tan pequeño.
Utilizamos ‘por’:
- Como contamos al principio, para indicar la razón, la causa o el resultado de algo. Ejemplo:
Han pospuesto la fiesta por el mal tiempo.
El hombre mato a su mujer por celos.
- Cuando nos referimos a un lugar aproximado. Ejemplo:
¿Vas a pasar por el centro? ¿Puedes llevarme?
- Para indicar el medio para hacer algo. Ejemplo:
A las pistas de esquí se sube por el telesilla.
- En oraciones pasivas. Ejemplo:
Los niños de hoy en día son criados por los abuelos.
- Para indicar el precio de algo. Ejemplo:
Compré este vestido en Nueva York por cien dólares.
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