• El primer baño del bebé

    Los primeros días de vida de un bebé no se le baña, sino que se le limpia la cara y las nalgas con gasas de algodón. Cuando se desprende el cordón, normalmente a los quince o veinte días, se puede empezar a bañarle de vez en cuando. Con el primer baño se pretende que el bebé empiece a acostumbrarse al agua y que la mama adquiera un poco de práctica.
    Antes de sumergirlo en el agua debe asegurarse que se encuentra a temperatura idónea, normalmente de 30º a 32º, ello lo puede comprobar con la muñeca o el codo, que son más sensibles que la mano. No olvide alternar agua fría con agua caliente para evitar las escaldaduras. Al bebé tampoco le gusta que le sumerjan en agua fresca, de modo que conviene asegurarse de que el agua esté caliente en su justa medida.
    Una vez que se este llena la bañera, ésta puede ser infantil o una bañera normal con una alfombrilla de baño infantil o un asiento de baño para bebés, debe desvestir al bebé, quitarle el pañal y limpiarlo si se ha ensuciado y sumergir poco a poco al bebé en el agua. Al bebé deberá sujetarle con una mano por las axilas y aguantarle la cabeza y con la otra le sujetaremos las nalgas. Cuando este sentadito quedará una mano libre para bañarle. Si el bebé se retuerce y chilla lo mejor es sujetarlo con ambas manos y que sea otra persona quien lo lave.

    En el primer baño no necesita champú ni jabón, es suficiente si lo frota con agua y una toallita de tocador. El baño debe ser corto para que el bebé no se resfrie, también es importante comprobar la temperatura del agua y la temperatura ambiental. Jamás debe de dejar sólo a un bebé en la bañera ya que podría ahogarse facílmente en pocos centímetros de agua. Además es deseable que la mamá se encuentre relajada al iniciar el baño, ya que el bebé podría captar su ansiedad, tranquilizarle y sonreírle ayudarán a que se sienta más seguro y disfrute mejor del baño

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