¿Cómo te sentirías si el médico te dice que no sabe si sus tratamientos son efectivos? ¿O si contratas un electricista y te dice queno te puede garantizar resultados? Siguiendo esta misma línea de pensamientos podemos pensar: ¿Qué hace bueno a un profesor? ¿Los resultados… pero qué resultados?
En muchas academias y escuelas de idiomas se garantiza el éxito en el aprendizaje, pero ¿cómo miden ese éxito? Si tu habilidad para hablar inglés se puede medir a partir de los resultados de un examen de gramática, entonces si es posible ofrecer una garantía. Sin embargo, creo que no existe ninguna escuela que garantice que vas a poder mantener una conversación de diez minutos con cualquier anglófono sobre cualquier tema. Este sería un mejor indicador de la garantía del éxito.
Lo cierto es que el éxito en la enseñanza del idioma depende en la mayoría de ocasiones de la capacidad y motivación del alumno. La habilidad para conjugar todos los verbos irregulares en inglés, no significa nada. El cerebro almacena la información en una zona diferente de la que depende nuestra capacidad para conversar. Por tanto, la única manera de mejorar nuestra comunicación oral es conversar. Esto no garantiza el llegar a hablar como un nativo, pero si al menos el ser capaz de comunicarse con mayor fluidez.
Siguiendo los mismos criterios, la evaluación de un profesor de idiomas debería hacerse en base a cuan estimulante es la clase que imparte y no en base a cuanta gramática explica. Un profesor aburrido puede hacer que abandones definitivamente tus clases de inglés. Sin embargo clases dinámicas y participativas pueden hacer que cada vez tengas más interés en el aprendizaje del idioma.
¿Y tu qué opinas al respecto de la influencia que tienen los profesores de idiomas en el aprendizaje del alumno? ¿Tus experiencias han sido buenas? Siéntete libre y compártelas con los restantes lectores.
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